Como hojas otoñales

desde su nube de algodón
la Princesa
me mira
con sus ojos de aserrín

mis dedos no la tocan
pero ella ya es mía
sus labios son tesoros
de mis sentidos

ella me escribe triste
y no puedo abrazarla
más que en la tormenta
de deseos de mi cama desierta

estiro los dedos
como alfiles
y no alcanzo a tomar
su cintura franca como un lago

desde su nube de algodón
la Princesa me mira
triste
y mis sentidos se vuelven
marrones
como hojas otoñales