1.1.07

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"A la orilla del cielo
entre los charcos de barro que ensucian el paisaje
crece un loto celeste que inunda de ternura la primavera
y hace perder la razón a los poetas"
La mañana está fría y un sol incandescente hierve las tripas de los diarios, no cantó aún el vendedor de incendios su proclama matinal y los chicos del barrio patean latas y sapos mientras gritan en las veredas. No te extraño, se insiste a si mismo el hombre en la ventana. No extraño tu risa de chocolate, ni tu perfume de tilo, ni tu mirada de cielo. No extraño el perfume que exhala tu cuello cuando te humedeces ante mis caricias, ante mis besos. La generosidad de tu entrega a mis caricias. La serranía de tu voz, la luz de tu mirada, las rimas de tu sexo. La mañana está fría como un sueño inconcluso, el mate amargo no llega a besar los labios del hombre que espera en la ventana ver pasar las caderas de su amante amor, amor amante. Pasan vecinas gordas como colectivos y viejas como la avaricia; pasan policías circunspectos en busca de su especial de muzzarella; pasan señores vestidos para el banco y cartoneros, improvisados maledicientes por el exceso de competencia. Un sol impune asoma sus fauces de cristal tras las nubes del olvido. Temo a la vacía imagen de la calle desolada, de la vida desolada, cuando no estás conmigo. La mañana está fría y un pájaro libidinoso mira a través del vuelo el escote pudoroso de la virgen que pasa camino al almacén, no existe pecado en el deseo del placer, en el placer. No existe pecado en calentar nuestras manos en esos pechos tibios de leche y miel, en calentar nuestro corazón en esa boca flamante de pasión. A la orilla del cielo, entre los charcos de barro que ensucian el paisaje crece un loto celeste que inunda de ternura la primavera y hace perder la razón a los poetas. Sus manos destilan sueños apasionados y sus labios acarician la sombra de un sueño dorado. Hace falta mucha fuerza para no volverse piedra ante el imán de sus palabras, para no volverse polvo... La mañana está fría, lívida como un grito de dolor, un susurro de pasión, un crisantemo y no existe conjuro que alivie tanta sal, tanto silencio. En la ventana el poeta mira pasar los versos de las páginas que tal vez escribirá en la espalda de la mujer que ama. Un ruiseñor canta besos en la solapa del alma, y su dama se apresta a darle los buenos días. Nunca el día será bueno sin su voz. La dama sigue lejana mientras el poeta escurre su tristeza entre las hojas de un abismo. Mañana será primavera, se promete esperanzado.
La mañana está fría, como un cadáver fino y estridente que se niega a partir, reparte rayos flacos de un sol apenas tibio que no alcanza a saber de que gusto es el amor. Frío, el cadáver exquisito de la mañana fría trepa al mediodía y se evapora inanimado en el rito del almuerzo mientras en la ventana, pétreo, el poeta aún bebe la risa de su amada.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Oscar, pasé por tu blog de casualidad y me quede impresionado por sus contenidos.
Que tengas un feliz 2007 acompañado de mucha poesía

tormenta del mar dijo...

...Temo a la vacía imagen de la calle desolada, de la vida desolada, cuándo no estás conmigo... Creo que a eso le temía, pero cómo el poeta...me quedé con la mirada perdida en el pasado...
Bello poema Oscar!

Besos de Hada...un poco renovada!

cheguevara dijo...

Pablo
muy interesante y gracias por la visita.
vienen tiempos mejores y claros.
CHE

Abril Lech dijo...

¿Esto es tuyo?
Se que lo explicas en el perfil, pero mi mente apena entiende el nombre de las calles, es tuyo?
La música... gracias.
Todo.

azzura dijo...

Sublime;) me quedo en blanco cuando te leo; nada que decir, nada que añadir.. salvo que es una delicia leerte.
Te mando cariños

Solo Palabras... dijo...

Anónimo, gracias por tus deseos, la próxima vez podés dejar aunque mas no sea tus iniciales; Tormenta, no hay nada peor que una calle vacía cuando esperamos a quien amamos; Che, siempre vendran tiempos mejores; Abril, gracias por la pregunta, es un halago, si; Azzurra, sos muy generosa, gracias y gracias a todos los que pasaron sin dejar su palabra.

Cromatica dijo...

Curioseando, curioseando...me he quedado amarrada a este post!

Tu poesía también me amarra por la fuerza que tienen tus palabras.

Ha sido un placer estar por aquí.

Sigo leyendo.

Un abrazo

Solo Palabras... dijo...

Cromática, gracias por la visita y por la conección con lo que escribo. Besos de colores

Maria Ines dijo...

Que hermosa alegoría. Muy bien escrita desde ese lugar de espectador y al mismo tiempo queriendo protagonizar.
Enriqueces a quienes te leemos.

Solo Palabras... dijo...

Marinés, gracias, realmente cuando uno recibe palabras tan bonitas como las tuyas corre el riesgo de perder el equilibrio.
Besos